El ocupante israelí intensifica colonización en la periferia de la Mezquita al-Aqsa

Jerusalén ocupada, SANA

Demolición de casas de palestinos… apoderarse de sus tierras… agredirlos… agredir a los santuarios islámicos y cristianos en Jerusalén ocupada, especialmente en la Mezquita al-Aqsa y su periferia, son prácticas continuas de la ocupación israelí a fin de vaciar a la ciudad santa de la presencia palestina en marco de un plan de judaización que se propone cambiar los vestigios culturales e históricos de la ciudad a la sombra de un silencio ensordecedor de parte de la comunidad internacional a quien los palestinos exigen que haga rendir cuentas a la ocupación por sus violaciones de la legalidad y el derecho internacionales.

La Oficina Nacional por defender la Tierra y Resistir a la Colonización (supeditada a la Organización por la Liberación de Palestina) explicó en un informe que las autoridades de ocupación anunciaron últimamente planes por la construcción de 1700 unidades de vivienda para ampliar una colonia establecida al sur de Jerusalén ocupada, añádale la construcción de 216 unidades de vivienda para ampliar un asentamiento establecido en el Monte Mukabbir al sudeste de Jerusalén. Igualmente las autoridades de ocupación demolieron tres instalaciones comerciales cuya superficie suma mil metros cuadrados en el barrio de Wadi Hilwa (localidad de Silwan) con la excusa de abrir una carretera de colonización que se extienda desde la Puerta sureña de Magharba hasta el Muro Buraq que representa la parte sureña del muro occidental de la Bendita Mezquita de al-Aqsa.

El director del Centro de Información de Wadi Hilwa, Gawad Siyam, señaló en una declaración al corresponsal de SANA que la ocupación comenzó a efectuar un plan de colonización a unos metros del muro de la Mezquita al-Aqsa sobre un área de 12 dunams, destacando que la ocupación intensificó las acciones de judaización en la zona de Wadi Hilwa en Silwan al sur de Silwan hasta llegar a al-Aqsa, así como estableció 42 focos de colonización en las cercanías de la mezquita por el lado de los Palacios Omeyas que son objeto de una guerra de judaización a fin de cambiar el sello cultural e histórico de la ciudad santa.

Sobre las operaciones de demolición de viviendas e inmuebles de los palestinos en la dirección sur, Siyam detalló que 70 viviendas en Wadi Hilwa están en riesgo de derrumbarse a causa de las excavaciones de la ocupación, mientras que se han agrietado decenas de viviendas, al tiempo que 65% de las casas de los 4500 habitantes corren la amenaza de demolición porque los planes de la ocupación se basan en la idea de desplazar a toda la población de Wadi Hilwa para vaciar la zona sureña de al-Aqsa. El mismo afirmó que a pesar de la criminalidad de la ocupación, los palestinos se aferran a su tierra para frustrar los planes de judaización que apuntan a Jerusalén y a al-Aqsa.

El director del Centro Internacional de al-Quds puso de relieve que la embestida colonizadora sobre al-Aqsa lo ha alcanzado por todas las direcciones, así la ocupación intensificó las obras de judaización en la zona de la Plaza al-Buraq en el lado occidental de al-Aqsa en una superficie de 144 dunams, mediante la implementación de planes de colonización que pretenden cerrar el cerco a la mezquita por todos lados, y facilitar las irrupciones que suelen realizar los colones en los recintos de la mezquita. Señaló que la ocupación intenta actualmente cerrar el oratorio de Bab al-Rahma situado en el lado oriental de al-Aqsa que fue reabierto en febrero de 2019 gracias a la persistente resistencia del pueblo palestino que afirma no renunciar ni siquiera a un átomo del suelo de al-Aqsa.

El presidente del Estamento de Resistencia al Muro y contra la Colonización, Walid Assaf, explicó que la ocupación desata una guerra de judaización que apunta a Jerusalén y al-Aqsa con un apoyo estadounidense en marco del llamado Acuerdo del Siglo, y aludió que la ocupación trabaja por establecer un plan de colonización en la zona de Baher al sur de Jerusalén a fin de aisalr a la ciudad de Jerusalén de la ciudad de Belén y del resto de Cisjordania. Llamó a la UNESCO a intervenir urgentemente para proteger las zonas históricas y culturales de las agresiones de la ocupación israelí dado que la ciudad esta incluida en la lista del patrimonio mundial.

La Cancillería palestina condenó en los términos más fuertes las prácticas de la ocupación y las operaciones de limpieza étnica contra los jerusalemitanos, las cuales pretenden judaizar a Jerusalén y vaciarla de la presencia palestina, y llamó a la comunidad internacional a detener los crímenes de la ocupación y llevarlo a rendir cuentas ante la Corte Penal Internacional.

R.SH/W.S

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